Aprender un nuevo idioma obliga a un esfuerzo continuo y constante. Si es el inglés, la tarea puede resultar un poco más cómoda porque este idioma está muy presente en nuestras vidas a través de la televisión, el mundo de la empresa o la tecnología. En cualquier caso, sin un trabajo duro no hay recompensa, así que te ofrecemos algunos consejos para mejorar la efectividad estudiando inglés.
Objetivos alcanzables en el corto y medio plazo
La meta final es hablar inglés con fluidez, pero si se establecen objetivos a largo plazo, la no consecución de los mismos genera frustración. Para solucionar esto una idea interesante es pasar a propósitos más concretos, como escribir un mail correctamente, poder ver una película en inglés con subtítulo o pedir cita médica en este idioma.
El inglés no solo se aprende estudiando
En las academias y escuelas de idiomas se aprenden las nociones básicas sobre gramática y vocabulario, pero si no se ponen en marcha durante todo el día, los buenos resultados nunca llegarán. Hay que manejar el inglés de manera constante y para ello las actividades cotidianas son una buena ayuda: escuchar la radio, ver series en inglés o leer libros.
Practicar mucho, a cada momento
El consejo anterior se relaciona directamente con este. Debes acudir a diferentes plataformas o actividades que te permitan manejarte en inglés en todo momento, que tengas siempre en la cabeza el idioma para que no se oxide.
Pensar en inglés
La práctica constante te hará mejorar la efectividad estudiando inglés y que llegues a un paso importante, empezar a pensar en inglés, lo que llevará a no intentar traducir todo lo que quieres decir o escribir, sino hacerlo directamente en este idioma.
Estudiar inglés es divertido
Estudiar inglés, como cualquier otra disciplina, es divertido cuando se van obteniendo mejoras en el aprendizaje. Con los pasos anteriores descubrirás que adquirir conocimientos en un idioma te lleva a descubrir nuevas puertas, nuevos escenarios, nunca querrás dejar de estudiar.
Aprende inglés con tu hijo
Una última recomendación es, si tienes hijos en edad escolar, estudiar con ellos. Así os podréis ayudar mutuamente y que esto sirva para poner en práctica lo aprendido en clase.