Aprender un idioma es una tarea que obliga a desarrollar paciencia, pero no por ello debe convertirse en algo aburrido. Para evidenciarlo, te enseñamos algunas de las formas más divertidas para aprender un idioma.
Conversaciones telefónicas
La práctica consiste en hacer llamadas casuales a números extranjeros. En Google podemos encontrar listados telefónicos de comercios, hoteles, restaurantes, asociaciones… y allí poner en marcha tu dominio del idioma. La única advertencia, comprueba que tu teléfono tiene incluida las llamadas internacionales.
Diseña tu propio noticiario en el idioma que estás aprendiendo
Mediante esta fórmula ganarás en soltura y vocabulario. En interne encontramos aplicaciones para suscribirse a periódicos y blogs de actualidad. Manteniéndose al día de estas noticias, poco a poco se va adquiriendo más fluidez.
Los podcasts para tu tiempo de ocio
Cuando estés haciendo deporte, cuando vas en coche o en transporte público, mientras haces tareas domésticas… todos esos momentos son perfectos para escuchar podcasts en inglés o en el idioma que estés aprendiendo.
Jugar a videojuegos en el idioma original
Los videojuegos, en su amplia mayoría, están traducidos al español, pero muchos de ellos están diseñados originalmente en otro idioma, preferiblemente en inglés. Jugar a videojuegos ya conocidos de los que sepas la dinámica, pero en el idioma original, te ayuda a introducirte más en el idioma.
Aprender idiomas con la música
Esta vía es la más accesible, pues hoy en día todo el mundo tiene acceso a música original en muchos idiomas. La práctica consiste en escuchar con atención cada canción al tiempo que te diviertes con ellas e intentas captar qué dicen las canciones.
Cocinar, gastronomía e idiomas
Como ves, todos los consejos guardan relación con actividades muy cotidianas, pero todas ellas están pensadas para crecer culturalmente. Ver recetas es una de esas formas divertidas para aprender un idioma, y también gastronomía.
Adaptarte al idioma en tu día a día
Y si todo esto no es suficiente, prueba a cambiar los ajustes de tu móvil o el navegador de internet, el menú de televisión o incluso el de los electrodomésticos de cocina. Cualquier vía es interesante para mejorar el aprendizaje.